MOLINÉ ENRIC Los siete sacramentos

La liturgia cristiana tiene una doble dimensión. Por una parte, la Iglesia, unida a su Señor y “bajo la acción del Espíritu Santo” , bendice al Padre “por su don inefable”mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, y hasta la consumación del designio de Dios, la Iglesia no deja de presentar al Padre “la ofrenda de sus propios dones” y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma y sobre el mundo entero, a fin de que por la comunión en la muerte y en la resurrección de Cristo-sacerdote y por el poder del Espíritu estas bendiciones divinas den frutos de vida».