TOLENTINO MENDONÇA Pequeña teología de la lentitud


 Tal vez necesitamos recuperar ese arte tan humano que es la lentitud. Nuestros estilos de vida parecen contaminados irremediablemente por una presión que escapa a nuestro control; no hay tiempo que perder; queremos alcanzar las metas lo más rápidamente posible; los procesos nos desgastan, las preguntas nos retrasan, los sentimientos son un puro despilfarro; nos dicen que lo que importa son los resultados, solo los resultados. A causa de esto, el ritmo de las actividades se ha tornado despiadadamente inhumano.