SAYÉS JOSÉ A. Creo en la Iglesia

 Frecuentemente se oye decir: «Yo creo en Dios, pero no en la Iglesia». Aparentemente con ello se quiere expresar la propia rectitud y sinceridad con Dios y, consecuentemente, el rechazo de la Iglesia, sujeta al pecado y al error. Se apela al pecado de la Iglesia para justificar así los pecados propios. Pero, en realidad, lo que con ello se consigue es caer en el Dios del deísmo; un Dios que se limitó a crear el mundo y que no interviene en la historia; un Dios que no tiene nombre y del que se puede prescindir y que, ante todo, deja al hombre decidir por sí mismo el bien y el mal, que es en el fondo lo que se busca.