RODRÍGUEZ JOSÉ VICENTE 365 días con Teresa de Lisieux

 Se puede decir que la primera biógrafa de la niña es su propia madre, por la cantidad de cosas que cuenta acerca de ella en su correspondencia. Teresita, en el capítulo primero de su Historia de un alma, recoge unos cuantos fragmentos literales de esas cartas de su mamá en las que habla de ella. Ciertas frases de Celia nos acercan deliciosamente la figurilla de la nena: «Un bebé fuerte y tostado por el sol»; «es dulce y un encanto»; «nunca he tenido un hijo tan fuerte, excepto la primera. Parece muy inteligente. Será guapa»; «reza como un angelito»; «canta cancioncitas»; «duendecillo, simpática, lista»; «coge unas rabietas terribles»; «corazón de oro y muy sincera»; «reza sus oraciones saltando de alegría. Traviesa y nada tonta». «La pequeña no mentiría ni por todo el oro del mundo».