DE TOLEDO JULÍAN Pronóstico del mundo futuro

 Para conocer la vida de san Julián es obligado comenzar por la Vita seu Elogiara, escrita pocos años después de su muerte por el obispo Félix, su segundo sucesor en la sede de Toledo (693-700).
En ella no se ahorran palabras de elogio hacia la persona de su antecesor, al que describe como un dechado de virtudes: «Fue un hombre lleno de temor de Dios, de suma prudencia, buen consejero, eminente conocedor de lo bueno, muy dado a las limosnas, prestísimo ante las necesidades de los miserables, piadoso ante la humillación de los oprimidos, discreto en sus intervenciones, diligente en la solución de los asuntos, imparcial en sus juicios, indulgente en la sentencia, singular promotor de la justicia, laudable en las contiendas, siempre en oración, admirable en la proclamación de las alabanzas divinas».