ARELLANO LIBRADA SANTIAGO, Consagración personal a san José

Recurramos siempre a San José. Consagrémosle nuestra vida entera, nuestra familia, todo lo que somos y tenemos. Que no nos cansemos de pedir que interceda por cada uno de nosotros. Pidamos su protección de manera especial en estos tiempos que atraviesa la humanidad. La familia y la Iglesia están siendo especialmente atacadas. San José es el custodio de la familia y de la Iglesia, pidámosle para que, con su ayuda, se adelante la hora del triunfo del Corazón Inmaculado de María y por Ella, el Reinado del Corazón del Hijo. Qué su corazón de padre nos enseñe a amar a Jesús, como él supo amarlo, y acudamos a él como padre protector nuestro. Y entre tanto, «Id a José, y haced lo que él os diga» (Gen 41,55).