La literatura y el arte europeos hunden sus raíces tanto en la Biblia como en el mundo grecorromano y hay que reconocer que, si la Antigüedad clásica es poco conocida, la Biblia y la tradición cristiana lo son todavía menos. Sin embargo, la música barroca suscita el entusiasmo de numerosos aficionados que, la mayor parte de las veces, disponen del libreto de los cantos que escuchan; los visitantes se amontonan en los museos y las catedrales, donde más de uno lee con aplicación los paneles explicativos. Pero ¿penetra realmente en su sentido?
