convicciones religiosas, y he señalado, en varios momentos, las conexiones entre filosofía y teología, o entre creencia y saber racional. La reacción antifilosófica se produjo contemporáneamente tanto en el Islam (al-Gâzâlî) como en la cristiandad (San Pedro Damián). En cambio, la discusión acerca de la continuidad o discontinuidad entre filosofía y teología constituye una especificidad de la escolástica cristiana bajomedieval (Juan Duns Escoto), heredera de las polémicas universitarias entre agustinistas y «aristotélicos heterodoxos» (o averroístas parisinos), y preludia, en ocasiones, la dialéctica fe-razón, tan característica del neoaverroísmo del XVI.