GILSON ETIENNE, Juan Duns Escoto

Respecto a la figura del gran maesto escocés, en el primer período muchos autores tuvieron que enfrentarse a viejos juicios negativos y desconfianzas exageradas, recogidas en manuales e incluso en obras de mayores pretensiones.

Surgió entonces la elogiable reacción de muchos investigadores que se sentían punzados por la injusticia de aquellas valoraciones: los nombres de Minges, Belmond, De Basly, Bettoni o Longpré –entre otros muchos– enmarcan ese contrapeso, que consiguió ahuyentar prejuicios y abrir resquicios de luz. A partir de ese momento fueron estudiadas las obras de Escoto con más calma e imparcialidad, abriéndose un segundo período que ha llegado a dar un número importante de trabajos en torno a temas específicos de la doctrina escotista. A incrementar ese interés contribuyó también la naciente investigación crítica –tras la segunda guerra mundial– en torno a la autenticidad de algunas obras que se atribuían a Escoto.