Pilar Urbano EL HOMBRE DE VILA TEVERE

Le interesa mucho esa mirada. Al contrario que tantas otras, ésta parece sacar la luz de dentro a fuera. Como los auténticos iconos rusos, que se empapan de la luz de oro que llevan dentro. Esa mirada... se diría que, más que reflejar las imágenes del alrededor ajeno, comunica no se sabe qué mensajes de su propio fondo íntimo. Es una mirada atenta, pero no escudriñadora, ni curiosa, ni inquisitiva, ni interpelante. Una mirada que, paradoja, ¡ve pero no mira!

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