BRAULIO SAN Epistolario

 Al amparo de los reyes visigodos floreció en Bispania durante el siglo VII una cultura, que dejó muy por detrás todo lo que, por igual tiempo,
se produjo en Francia y en Italia.
Este florecimiento cultural pudo darse  gracias, sobre todo, a la solidaridad y rápida fusión de lo hispano-romano y lo visigodo y a las estrechas y óptimas relaciones entre la Iglesia y el Estado, que tienen su manifestación más acusada en los Concilios de Toledo.
El  primer representante de esta cultura es, sin duda, San Isidoro de Sevilla, pero no es menos cierto que a este resurgimiento cultural contribuyeron no poco algunos de los reyes visigodos, y de entre los obispos merecen destacarse los nombres de Braulio, Eugenio II, Tajón, Fructuoso, Ildefonso y Julián.
A la muerte de San Isidoro ( 636) el centro cultural de la España visigoda pasó de Sevilla a Zaragoza en la figura del más ilustre de sus discípulos, San Braulio.