San Juan Crisóstomo era un gran conocedor de los escritos paulinos, que había leído y comentado con detenimiento, y un entusiasta admirador de su biografía, como queda patente en su comentario a los Hechos de los Apóstoles. Había nacido en el seno de una familia cristiana y bien acomodada alrededor del año 330 y recibió una esmerada formación humanista y teológica. Es el representante más genuino de la escuela de Antioquía y uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia de Oriente.