Estos datos nos permiten concluir que Orígenes predicaba con harta frecuencia, si no todos los días. Sus homilías versaban sobre un pasaje más o menos largo del AT que había sido leído por un lector y que formaba parte de la lectura continua del libro bíblico en cuestión. Las homilías son de extensión desigual. Algunas, como la I, la V, la XIV y la XIX superan los quince números; otras se mantienen en un término medio, y sólo unas pocas, la II, la VI, la IX y la XIII resultan muy breves.