El protestantismo se proclama a sí mismo la Religión de la Biblia. Y es verdad que nada hay que sea más característico de las Iglesias protestantes verdaderamente vivas, ni de la vida espiritual más personal de sus miembros, que el lugar que en ellas ocupa la lectura meditada de la Sagrada Escritura. Si los católicos quieren en verdad comprender la espiritualidad del protestantismo, por este lado deben abordarlo. Y aun creo poder añadir que no hay acceso al protestantismo que pueda ser más ecuménico. En efecto, a la vez que por ese lado se llega directamente al corazón, se le aborda también por lo que tiene de más positivo con respecto a la misma tradición católica. No hay indudablemente dominio alguno en el que puedan los católicos aceptar más fácilmente las afirmaciones religiosas protestantes, y aun cuando se vean constreñidos a pedir precisiones y aclaraciones, no es, según lo veremos, para minimizar en absoluto lo que los protestantes afirman a propósito de la Biblia, sino sólo para garantizar y asegurar a tales afirmaciones su pleno valor.