Nacido en Antioquía entre los años 344 y 354, y consagrado obispo de Constantinopla en el 3981 , san Juan Crisóstomo está considerado como el más grande de los Padres de la Iglesia en el antiguo Oriente cristiano. Pertenecía a una familia acomodada, puesto que su padre era funcionario de la administración civil del gobierno militar de Siria. Parece que frecuentó los círculos del orador Libanio, quien le inculcó los deseos de iniciar los estudios de leyes. Pero, bajo la influencia de un amigo llamado Basilio abandonó esas intenciones para consagrarse al estudio de la Biblia, bajo los auspicios de Diodoro, que más tarde sería obispo de Tarso. Su camino cristiano comenzó con la recepción del bautismo en la noche del sábado santo de un año entre 365 y 372. Paladio, su más antiguo biógrafo, confirma que esa «iluminación» (así se llamaba el bautismo en el Oriente cristiano) fue para él comienzo de una vida totalmente nueva.
