MARTÍN DESCALZO JOSÉ LUIS Razones para el amor

Es asombroso: lanzas un día un pájaro a volar y, de pronto, te encuentras que él solito hace nido en miles de corazones. Y el primer asombrado es el propio autor. Porque lo que nacía como una simple serie de artículos circunstanciales y dispersos se iba convirtiendo, para mí, en un retrato interior y, para muchos, en un compañero en el camino de la vida. Y fue ese descubrimiento de los que caminaban a gusto a mi lado lo que me empujó a encuadernar aquellas primeras impresiones en mis Razones para la esperanza, que tuvo una inexplicable acogida entre sus lectores, que no sólo agotaban sus ediciones, sino que además me inundaban a mí con su cariño.