BETETA PEDRO Mirarán al que traspasaron

 Las devociones cristianas son prácticas de piedad, habituales o no, según cada caso, cuya razón de ser es honrar y reverenciar a Dios, en Sí mismo o bien en sus santos. Por tanto, como es lógico, hay muchas. En todas se ha de dar una pronta voluntad para entregarse al servicio de Dios  con independencia de los estados de ánimo y de las situaciones en las que nos encontremos. Las devociones aprobadas por la Iglesia han sido inspiradas por el Espíritu Santo y todas tienden a aumentar el amor de Dios.