La vida verdadera que trae el Evangelio ha sido denominada de muchas maneras. Se la ha llamado vida sobrenatural, vida interior, vida espiritual, vida de la gracia, vida nueva, vida en Dios... Son todas ellas descripciones sencillas de resonancia bíblica, que indican los modos distintos, pero convergentes y prácticamente sinónimos, con que los cristianos de todos los tiempos han querido y quieren referirse al don mayor del Evangelio. Se viene a decir que la vida nueva no se percibe necesariamente de modo empírico, y que recoge el impulso íntimo más original y contundente de toda la realidad.