BRUCKBERGER, El valor humano de lo santo

El culto de los Santos tiene en el Catolicismo una específica función de ejemplaridad. No sólo son intermediarios cerca de Dios y participan como miembros de la Iglesia triunfante en la economía del cuerpo místico de Cristo, que a todos nos engloba, sino que su figura se nos propone como ejemplo e ideal de vida. Por esto, no sólo se invoca su intercesión, sino que se reproduce su efigie, se cantan sus triunfos y se escriben sus biografías.