SCHLATTER ANTONIO A la mesa con Dios

La Biblia nos enseña que, desde el comienzo de los tiempos, Dios puso al hombre en un jardín lleno de árboles frutales y alimentos sustanciosos ( Gen 2, 9), y que, al final de los tiempos, ese mismo Dios llamará a mi puerta, entrará en mi casa y cenará conmigo ( Ap 3, 20). Y entre esos primeros y últimos tiempos, Jesús ha venido para mostrarnos el camino más divino y más humano para llegar a Dios. Lo que vemos de nuevo es que el Evangelio, al narrar de un modo conciso los hechos ocurridos durante sus 33 años de vida en la Tierra, no cesa de mostrar entrañables escenas en las que Él mismo da el alimento necesario a quienes le rodean. Más aún, llega al paroxismo y Él mismo se hace alimento.