¿Son pocos los que se salvan? (LC 13,23). Al estudiar teológica y exegéticamente la respuesta de Jesucristo quedó muy claro que Cristo no quiso contestar directamente a la pregunta, limitándose prudentísimamente a recomendar la entrada por la «puerta estrecha» y andar por el «camino angosto», que es el que lleva con seguridad a la vida eterna (cf. Mt 7,13-14).
El hecho de que Cristo no quiso contestar afirmativa o negativamente a la interesantísima pregunta ha sido interpretado de muy diversa forma por los exegetas y teólogos católicos. Unos dicen que evitó la afirmativa para no lanzarnos a la desesperación, y otros creen que evitó la negativa para que no incurriéramos en la presunción. Las dos cosas son perfectamente posibles.
El hecho de que Cristo no quiso contestar afirmativa o negativamente a la interesantísima pregunta ha sido interpretado de muy diversa forma por los exegetas y teólogos católicos. Unos dicen que evitó la afirmativa para no lanzarnos a la desesperación, y otros creen que evitó la negativa para que no incurriéramos en la presunción. Las dos cosas son perfectamente posibles.