Lo que la Iglesia enseña acerca del amor, el sexo y
el matrimonio es verdad. Esto debería ser obvio por sí solo, ya que ninguna
otra cosa parece traer a las familias una felicidad duradera. Los críticos
acusan, a los Papas de no estar en contacto con la realidad y de estar
desfasados. Pero en realidad es “la liberación” sexual de la sociedad la que ha
demostrado que no funciona en el mundo real, pues destroza hogares y corazones,
y abruma los cuerpos con la enfermedad, y las almas con el pecado.