Marmion
nació el 1 de abril de 1858 en la
Isla de los Santos, en un ambiente impregnado de fe
cristiana. Su padre era irlandés, y su madre francesa. De esta doble
ascendencia parte su naturaleza rica y compleja: muy sensible, exuberante,
lleno de jovialidad, pero impresionable; corazón confiado, generoso,
comprensivo, tenía el sentido y el gusto de la bondad; inteligencia clara y
penetrante, gozaba de la fe inquebrantable de sus padres. En la medida en que
Dios le había dotado, así también tendría sus destinos sobre él.