El presente libro reúne las meditaciones predicadas en la Casa Pontificia, en presencia de Benedicto XVI, en el tiempo de Adviento de 2010 y 2011. Pretenden ser una pequeña contribución al esfuerzo para una nueva reevangelización del mundo secularizado en el que deben empeñarse todas las fuerzas de la Iglesia.
Contemplando algunos destellos de la historia y los grandes retos de la actualidad para la proclamación del Evangelio, bien fundados en la fe, podemos afrontar la gran misión encomendada por Cristo a todos los cristianos.
P. Raniero Cantalamessa, de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, doctor en Teología por Friburgo (Suiza), y en Letras clásicas en la Universidad Católica de Milán. En esta fue profesor ordinario de Historia de los orígenes del cristianismo y Director del Departamento de ciencias religiosas. Miembro de la Comisión Teológica
Internacional desde el año 1975 hasta el año 1981 y, durante doce años, miembro de la delegación católica para el diálogo con las Iglesias Pentecostales.
En el año 1979 abandonó la docencia para dedicarse a tiempo completo al ministerio de la Palabra. Juan Pablo II lo nombró Predicador de la Casa Pontificia en el año 1980 y Benedicto XVI lo confirmó en dicho cargo en 2005. En calidad de predicador dirige cada semana, en Adviento y en Cuaresma, una meditación en presencia del Papa, de los cardenales, obispos, prelados y superiores generales de órdenes religiosas. Además de los libros científicos escritos como historiador, ha publicado otros numerosos libros de espiritualidad, fruto de su predicación en la Casa Pontificia, traducidos a una veintena de lenguas.
Contemplando algunos destellos de la historia y los grandes retos de la actualidad para la proclamación del Evangelio, bien fundados en la fe, podemos afrontar la gran misión encomendada por Cristo a todos los cristianos.
P. Raniero Cantalamessa, de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, doctor en Teología por Friburgo (Suiza), y en Letras clásicas en la Universidad Católica de Milán. En esta fue profesor ordinario de Historia de los orígenes del cristianismo y Director del Departamento de ciencias religiosas. Miembro de la Comisión Teológica
Internacional desde el año 1975 hasta el año 1981 y, durante doce años, miembro de la delegación católica para el diálogo con las Iglesias Pentecostales.
En el año 1979 abandonó la docencia para dedicarse a tiempo completo al ministerio de la Palabra. Juan Pablo II lo nombró Predicador de la Casa Pontificia en el año 1980 y Benedicto XVI lo confirmó en dicho cargo en 2005. En calidad de predicador dirige cada semana, en Adviento y en Cuaresma, una meditación en presencia del Papa, de los cardenales, obispos, prelados y superiores generales de órdenes religiosas. Además de los libros científicos escritos como historiador, ha publicado otros numerosos libros de espiritualidad, fruto de su predicación en la Casa Pontificia, traducidos a una veintena de lenguas.