José Pedro Manglano MAYO EL MES DE MARÍA

Madre de Dios y Madre de cada uno de nosotros. ¡Nadie recurre a ti en vano! A nadie dejas defraudado, olvidado o abandonado. Por eso te invocamos con ánimo de hijo y confiado: ¡Permanece a nuestro lado! ¡Tú eres nuestra Madre!
María, enséñanos a creer en la posibilidad de una plena pureza, aunque nuestras miserias nos impulsen a considerarla inalcanzable. Enséñanos a creer firmemente en esta posibilidad y a perseguirla con valentía a lo largo de toda nuestra vida hasta la gloria celeste (Juan Pablo II).

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