En ese momento, el Opus Dei estaba ya presente en casi todos los países de la llamada Europa Occidental y de América, había iniciado su implantación en Asia, África y Oceanía, y sus miembros se contaban por decenas de millares. Resultaba patente, para cualquier observador de la vida cristiana, que se trataba de una institución de gran trascendencia apostólica. No es, pues, extraño que atrajera la atención de los medios de comunicación social, y que diversos órganos de la prensa internacional se dirigieran a su Fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, solicitando encuentros y entrevistas.
SAN JOSEMARÍA Conversaciones ed. crítica
La década de 1960 fue el escenario de diversos acontecimientos importantes en la historia del mundo y de la Iglesia. Entre otros, y por lo que se refiere expresamente a la Iglesia, destaca la celebración del Concilio Vaticano II (1962-1965), con los horizontes, expectativas y vicisitudes que lo acompañaron y siguieron.
En ese momento, el Opus Dei estaba ya presente en casi todos los países de la llamada Europa Occidental y de América, había iniciado su implantación en Asia, África y Oceanía, y sus miembros se contaban por decenas de millares. Resultaba patente, para cualquier observador de la vida cristiana, que se trataba de una institución de gran trascendencia apostólica. No es, pues, extraño que atrajera la atención de los medios de comunicación social, y que diversos órganos de la prensa internacional se dirigieran a su Fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, solicitando encuentros y entrevistas.
En ese momento, el Opus Dei estaba ya presente en casi todos los países de la llamada Europa Occidental y de América, había iniciado su implantación en Asia, África y Oceanía, y sus miembros se contaban por decenas de millares. Resultaba patente, para cualquier observador de la vida cristiana, que se trataba de una institución de gran trascendencia apostólica. No es, pues, extraño que atrajera la atención de los medios de comunicación social, y que diversos órganos de la prensa internacional se dirigieran a su Fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, solicitando encuentros y entrevistas.