Este libro no se lee necesariamente de un tirón, cada meditación es independiente. Se puede leer poco a poco, en el orden que se desee. Quiere ser accesible a todas las generaciones, incluidos los más jóvenes que estén construyendo su relación personal con Dios, con la generosidad y las preguntas de su edad. El tono es franco y quiere dar ánimos.