Supongamos que nuestros sentidos nos engañan. Imagina que toda tu vida ha sido
un largo sueño o una alucinación, del tipo que Descartes describió en sus
Meditaciones y que ha sido llevado a la pantalla en películas de ciencia
ficción como Matrix. Aún así, no habría ninguna duda de que incluso en este
escenario descabellado el cambio ocurre. Tienes una experiencia, después tienes
otra. Te planteas si estás durmiendo o alucinando, después desechas la idea
como demasiado estúpida, más tarde descubres que aún te preocupan los
argumentos que lees en Descartes y te preguntas si no será que hay en ellos
algo de verdad. Todo esto es un tipo de cambio: cambio con respecto a tus
pensamientos y experiencias.