CORIGLIANO PIPPO Cuando Dios está contento

Sería largo enumerar las ilusiones mentirosas que hemos dejado atrás, pienso en el marxismo, en el nazismo, y también en el capitalismo triunfante que presumía de bastarse a sí mismo: las vanas promesas de felicidad, los «nuevos derechos» que se ofrecían por doquier están cediendo el paso a los deberes que comporta la crisis económica.
Nada de ilusiones, por tanto, ninguna veleidosa promesa de felicidad. No nos queda más que pensar cada uno en su propia vida y sacar provecho de las experiencias de otros.