La reflexión sobre la condición femenina es urgente en nuestro tiempo. Es un tema muy complejo: en realidad, la mujer no es solamente «la otra mitad del cielo», sino esa parte del género humano que concede (o no) el acceso a la vida. El hombre toma forma en su cuerpo y en su mente, se nutre de ella; aprende el lenguaje de la relación, primero y fundamental, mediante un intercambio empático con ella.