No espere el lector encontrar aquí profundos estudios teológicos.
Hacen referencia apenas a circunstancias comunes, del día a día de su ministerio sacerdotal en las sierras de Córdoba.
Sin embargo muestran la manera de pensar y actuar de alguien que con entusiasmo absoluto e incansable energía fue un canal eficaz para la gracia de Dios.
A pesar de ser apenas humildes cuadros sin otro brillo que reflejar escenas de la cotidiana vida de un santo, en estas cartas el lector sin duda encontrará ejemplo y aliento para descubrir y mantener vivo el deseo de santidad.