VACA DE OSMA JOSÉ ANTONIO El imperio y la leyenda negra

El poder hegemónico de un país, sobre todo si es firme y duradero, produce una reacción adversa en sus rivales potenciales, una herida profunda que se convierte en crítica acerba y rencor persistente, producto de una mezcla justificada en parte, pero malsana, de envidia y de temor. Es algo que ha ocurrido en todos los tiempos. Y si no, véase en nuestros días la reacción frente a la potencia universal de los Estados Unidos de Norteamérica.
Es algo inevitable. El poder por sí ya presupone la utilización de medios difícilmente graduables, por muy buena voluntad que se ponga. No hay frontera definida entre justicia e injusticia, y ciertas limitaciones de libertad producen odios y resentimiento.