tratados que va más allá de la unidad predicamental para adentrarse en el uno trascendental, que conviene y acompaña a todo ente; no como añadiéndole algo real –sea sustancial o accidental– sino según una consideración de razón que expresa la identidad de cada ente consigo mismo; y ello aun cuando esa identidad sea alcanzada a través de la diferencia, de la composición, de la división.