CATALINA DE SIENA SANTA, El diálogo (versión condensada)

 Seguramente en los carnavales de 1366 vivió lo que describió en sus cartas como un matrimonio místico con Jesús, en la basílica de Santo Domingo de Siena, donde tuvo diversas visiones como la de Jesucristo en su trono con San Pedro y San Pablo, después de las cuales comenzó a enfermar cada vez más y a demostrar aún más su amor a los pobres.3​ Este mismo año murió su padre y en Siena se inició un golpe de Estado.
Éxtasis de santa Catalina ante el crucifijo, obra de Pompeo Batoni.

Sus hagiógrafos sostienen que en 1370 recibió una serie de visiones del infierno, el purgatorio y el cielo, después de las cuales escuchó una voz que le mandaba a salir de su retiro y entrar a la vida pública.​ Comenzó a escribir cartas a hombres y mujeres de todas las condiciones y mantuvo correspondencia con las principales autoridades de los actuales territorios de Italia, en la que rogaba por la paz entre las repúblicas de Italia y el regreso del Papa a Roma desde Aviñón. Mantuvo de hecho correspondencia con el papa Gregorio XI, a quien emplazaba a reformar la clerecía y la administración de los Estados Pontificios.