CIPRIANO La unidad de la Iglesia el Padrenuestro a Donato

 Juvenal exclamaba en Roma, a finales del siglo primero después de Cristo:  ¡No puedo soportar, oh Quirite, una  Roma griega! Y ... ¡si sólo fuese griega! Hace ya tiempo que el río Orontes desagua en el Tíber, descargando en él la lengua y costumbres de ese país ... Uno ha dejado Sieione, el otro Andros o Samos o Tralli; todos marchan camino del Esquilino o del Viminale, y se convierten en los amos y en el alma de las grandes familias. Ingenio despierto, audacia descarada, locuacidad fácil.
Dime, ¿qué crees que es un griego? El griego lleva consigo a un hombre capaz de todo: al gramático, al
retórico, al geómetra, al pintor, al adivino, al funámbulo, al médico, al mago; de todo sabe un griego hambriento.