DE SOBRINO JOSÉ A. Así fue la Iglesia primitiva

Está necesitado nuestro mundo, cada vez más, de escuchar la Palabra de Dios. De tal manera se multiplican y difunden las palabras humanas, frecuentemente parciales y aun a veces equivocadas, que se hace cada día más apremiante que los hombres, y en particular los cristianos, se acerquen a leer y escuchar la Palabra de Dios, que nos dijo, por boca de Jesús, que El mismo era el Camino, la Verdad y la Vida. Nos atreveríamos a decir que en la topografía humana hay una multitud tan confusa de direcciones, que cada vez se hace más difícil encontrar el camino de la Paz y del Amor.