SAN AGUSTÍN, Obras completas tomo 39

Fue para San Agustín la introducción a un mundo nuevo. . Dos puntos especiales reclamaban su interés: 1) La teoría de la pirámide (jerarquía gradual y dinámica de los entes); 2) Separación de los dos ámbitos del Universo, el inteligible y el sensible (eterno y temporal). Al convertirse al cristianismo, pensó que debía armonizar ambos mundos, el platonismo y el cristianismo. La empresa era en sí misma imposible, pero para Agustín era posible gracias a una previa interpretación cristiana del platonismo. El Sumo Bien de Platón, cúspide de la pirámide, era convertido en el Dios personal, creador y libre de los cristianos: de ese modo, el principium coniunctum, la emanación, se convertía en creación. Al mismo tiempo, el Mundo inteligible (topos noetós o nous) se convertirá en el Verbo del cuarto Evangelio, que es Virtus et Sapientia Dei, esto es, principio formal y ejecutivo de la Creación. Así, ya no había inconveniente en transformar la trascendencia cuantitativa de los platónicos y la trascendencia cualitativa de los cristianos.