SAN AGUSTÍN, Obras completas tomo 33
A mediados del siglo III, lo mismo Cirta que Milevi son ya ciudades de arraigado cristianismo. Los hechos escisorios oficiales y definitivos tienen como escenario eclesiástico a Cartago, la populosa ciudad primada, pero los elementos cismáticos más radicales siempre fueron númidas, cuya capital era Cirta. Allí tuvo lugar el famoso Protocolo y allí empezaron a manifestarse los primeros indicios del Cisma. No es extraño, pues, que los estudiosos vean en ella la cuna del donatismo. Un partido eclesial, por otra parte, apenas nacido cuando Constantino emprende la restauración y embellecimiento del casco urbano de Cirta pero, al propio tiempo, tan pujante que el emperador preferirá levantarles a los católicos otra basílica antes que desposeer a los cismáticos de la suya.