Los datos principales de su existencia comienzan a conocerse desde que fue dama de la hija del infante Juan de Portugal y llegó con ella desde Portugal a la Corte de Castilla, donde la Infanta Isabel se casó con el rey de Castilla Juan II. Pero su gran belleza fue causa de diferentes altercados entre los nobles y cortesanos que deseaban conquistarla; y la reina, celosa de que su esposo el rey pudiera enamorarse de ella, la encerró tres días en un baúl.La Virgen se le apareció en esos momentos y le habló de su deseo de que fundara una nueva Orden, prometiéndole su pronta liberación. Al ser liberada, se retiró de la Corte y se fue a encerrar al convento de dominicas de Toledo, donde permaneció 30 años escondida del mundo y manteniendo un velo en el rostro para que nadie, excepto la reina Isabel la Católica y la criada que le ayudaba a vestirse, pudieran ver su rostro.
