Lewis fue ateo por muchos años. Así su conversión: "Cedí en 1929, mientras estaba en Trinity, y acepté que Dios era dios... Quizás fui el más afligido y reticente converso de toda Inglaterra". Esta experiencia lo ayudó a comprender no sólo la apatía, sino también la activa falta de voluntad para aceptar la religión y, en tanto escritor cristiano —dotado de una inteligencia excepcionalmente brillante y lógica y de un estilo lúcido y vivo—, resultó sin par. The Problem of Pain, The Screwtape Letters, Mere Christianity, The Four Loves y el postumo Prayer: Letters to Malcolm son sólo algunos de sus best-sellers. Escribió también deliciosos libros infantiles y algo de ciencia ficción; además, numerosas obras de crítica literaria. Millones de personas conocen sus libros en todo el mundo. Murió el 22 de noviembre de 1963, en su casa de Oxford.