Los pobres piden y los pobres dan. Ellos enseñan mucho porque, detrás de sus vidas azarosas y heridas, brilla el resplandor de Cristo que se ha hecho pobre y ha venido a evangelizar a los pobres. Dios actúa más en aquellos que le claman día y noche.
En estas páginas se nos anima a que crucemos el puente que nos puede unir a los demás, a los que sentimos alejados, a los que nos cuesta tratar, a los que nuestra sensibilidad rechaza, a los que nos parecen perdidos, a los que no nos gustaría que nos metan en nuestra casa, a los que nos dan lástima pero por los que no hacemos nada al pasar a su lado. El misterio del otro nos espera, tan solo falta dar el primer paso.
En estas páginas se nos anima a que crucemos el puente que nos puede unir a los demás, a los que sentimos alejados, a los que nos cuesta tratar, a los que nuestra sensibilidad rechaza, a los que nos parecen perdidos, a los que no nos gustaría que nos metan en nuestra casa, a los que nos dan lástima pero por los que no hacemos nada al pasar a su lado. El misterio del otro nos espera, tan solo falta dar el primer paso.