La Iglesia Católica y el Estado español en América no fueron dos instituciones aisladas y distanciadas entre sí, sin más vínculo de unión que la convivencia simultánea dentro de un mismo territorio. Durante más de tres siglos actuaron ambas con dependencia mutua tan íntima y estrecha, que casi hubiera podido hablarse de una sola institución con dualidad de medios y de fines.
Las consecuencias de la ruptura ocurrida a raiz de la Revolución de 1810 han sido de escaso interés para los historiadores liberales que se creyeron dispensados de estudiarlas a fondo y aun autorizados para ignorarlas, revisten objetivamente tal importancia, que su exclusión es un atentado contra la integridad de la historia del Río de la Plata y un impedimento para la comprensión adecuada y perfecta de la evolución ideológico política de Hispano América.
Las consecuencias de la ruptura ocurrida a raiz de la Revolución de 1810 han sido de escaso interés para los historiadores liberales que se creyeron dispensados de estudiarlas a fondo y aun autorizados para ignorarlas, revisten objetivamente tal importancia, que su exclusión es un atentado contra la integridad de la historia del Río de la Plata y un impedimento para la comprensión adecuada y perfecta de la evolución ideológico política de Hispano América.
