La vida de Don Brocardo -transcurrida, en gran parte, en casas de formación de jóvenes salesianos y en responsabilidades formativas de alto nivel, al lado del sucesor de Don Bosco- y la calidad de su servicio profesional -que lo ha visto durante muchos años como profesor de teología espiritual- le han dado la sensibilidad que se manifiesta de modo tan incisivo en este volumen, que ocupa un lugar singular en la literatura salesiana. Esta sensibilidad es la que le ha guiado en la individualización de los temas, que constituyen los capítulos; el planteamiento de la óptica con que ha sido encuadrado el perfil del gran amigo de los jóvenes; la elección del lenguaje: límpido, atrayente, inmediato, capaz de transmitir al mismo tiempo, entusiasmo por la santidad de Don Bosco y genuino realismo al acercarse a este santo de carne y hueso.