El panorama de la filosofía en nuestro siglo es progresivamente abigarrado: en los últimos decenios es sincretista, síntoma claro de decaimiento. Para poner un poco de orden en la pluralidad de actitudes, cuya concurrencia, por sincretista, es confusa, se ha acudido a un doble criterio diferencial, extraído de la larga historia del pensamiento occidental.