En su vida podremos apreciar un gran espíritu de penitencia, como un medio de manifestar su amor a Jesús, sabiendo ofrecer todos sus sufrimientos por la salvación de los demás. Toda su vida estuvo llena de bendiciones de Dios. Los éxtasis eran continuos, el don de ciencia admiraba a los más sabios teólogos. Sus visiones y profecías dejaban atónitos a cuantos la conocían.
LEER LIBRO