San Benito fue un santo providencial para la Iglesia y para Europa. A través de su Regla, impuso un modo de vivir centrado en dos polos: Ora et labora (oración y trabajo). Los benedictinos irradiaron la cultura antigua a lo largo y ancho de Europa, copiaron los manuscritos antiguos para preservar la cultura greco-romana, impulsaron la agricultura, las artes, las ciencias y el progreso.
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