Este libro reune una serie de cartas -cuarenta en total- del cardenal Albino Luciani, patriarca de Venecia, dirigidas a los más dispares personajes de la historia y la ficción literaria: Dickens, Mark Twain, Fígaro, Mr. Pickwick, Petrarca, Goethe, San Bernardino de Siena, Hipócrates, Chesterton, Pinocho, Teresa de Ávila, Marconi, Quintiliano, Penélope, María Teresa de Austria? Ilustrísimos señores ha sido escrito pensando en el hombre común, en doctos e indoctos, próximos y lejanos. En lenguaje periodístico, ágil, lleno de frescura y espontaneidad popular, analiza el autor los problemas de la vida moderna, nos habla de Dios y del hombre, de la esperanza, de la humildad, del amor, de la vida y de la muerte. Siempre con espíritu amigable y conciliador. Y siempre, también, con fidelidad absoluta a la enseñanza del Evangelio. Respiran estas cartas serena confianza en las fuerzas del bien, optimismo, gracia y donaire de la mejor ley. El desarrollo del tema se anima a cada paso con anécdotas vivas, chispazos de ingenio, observaciones agudas y refranes populares. El Evangelio -ha dicho el papa Juan Pablo I- es alegre noticia, y el humor, virtud cristiana. Y del regocijo nos vemos conducidos, casi sin sentir, a la reflexión seria sobre lo que somos y lo que deberíamos ser. Esto es, al fin y al cabo, lo que persigue el autor.
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