Cormac Burke FELICIDAD Y ENTREGA EN EL MATRIMONIO

Hace sesenta años, la contracepción era inaceptable tanto para la inmensa mayoría de los protestantes, como para los católicos; todos la tenían como gravemente contraria al orden y a la dignidad naturales del matrimonio. Hace cuarenta o cincuenta años, el divorcio era un fenómeno excepcional, que comportaba un grave desdoro, también desde el punto de vista social. Hace treinta años, el aborto era un grave delito según el código penal de innumerables países; y parecía una aberración para la inmensa mayoría de las mujeres.
El panorama es muy distinto actualmente. La contracepción, el divorcio y el aborto son aceptables en la legislación de casi todas las naciones y, para millones de personas, han llegado a ser realidades habituales de la vida moderna. La mayor parte de los ciudadanos de los países occidentales consideran la legalización del divorcio o del aborto, o la difusión de los contraceptivos, como una característica más de una sociedad progresista.

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