La vida actual está marcada por las tecnologías de comunicación, que
rápidamente se han propagado en todos los ámbitos: el trabajo, las
relaciones personales, el hogar, el entretenimiento, etc. Junto a un
gran número de efectos positivos, este fenómeno también presenta retos.
Por esto, es oportuno reflexionar sobre cómo estas tecnologías nos
afectan en la vida diaria, cómo cambian nuestro trato con los demás y,
por supuesto, cómo influyen en nuestra relación personal con Dios.
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