Henry D. Lacordaire VIDA DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN

El siglo XII de la era cristiana alboreó entre magníficos auspicios. La fe y la opinión, fuertemente unidas, gobernaban conjuntamente el Occidente, formando de una multitud de pueblos obedientes y libres una sola comunidad. En la cumbre del orden social se asentaba el Pontífice del mundo, en un trono del cual descendía la majestad para socorrer y defender la ley divina traicionada por la debilidad de la naturaleza, y la justicia, para ayudar a la obediencia, que había llegado a ser intolerable, debido al exceso de poder.

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